Siempre me ha atrapado por completo la fotografía hecha con claroscuro y mucho contraste. Es en ese momento donde el volumen toma verdadera importancia. Y la sutil mezcla de los toques de luz y la oscuridad hace de un cuerpo algo delicado y fascinante.
Aquí podéis observar una de mis obras hechas sobre fondo negro, con color pastel blanco. En ella, se ve reflejada un cuerpo humano. No hay línea de horizonte ni fondo, solo ese cuerpo, con su textura, su volumen y sus curvaturas. Tampoco hay rostro. Pero de alguna manera, creo haber encontrado la esencia de ese momento, tan íntimo. Me pregunto en qué estará pensando esa persona.
Espero que os guste.
Muchas gracias por vuestra atención.